lunes, 1 de marzo de 2010

El Partido Socialista es la Alternativa a este Gobierno

El Partido Socialista ocupa responsabilidades de gobierno del Ejecutivo de la Provincia de Santa Fe, en el Congreso de la Nación, en varias Legislaturas provinciales y en innumerables intendencias. No hacemos oposición por la oposición misma. No somos oficialistas críticos. El Partido Socialista es una alternativa al actual gobierno.
Argentina atraviesa un tiempo de degradación de la política, donde impera la lógica amigo – enemigo, y que engloba también a la dirigencia social y empresarial, a periodista y medios de prensa, como en una gran confrontación donde pareciera que sólo hay que elegir de que bando se está. Dentro de la cultura política y jurídica moderna se distinguen dos grandes modelos de convivencia civil y de organización social. Por un lado, la dialéctica amigo-enemigo, propia de una cultura bélica, de destrucción del adversario, con el que sólo cabe el exterminio desde el odio y desde la imposibilidad de la reconciliación. Es el modelo totalitario del enemigo sustancial. Por el otro, la de las sociedades liberales, democráticas y sociales basadas en la cultura de respeto a la dignidad humana, a la tolerancia, a los valores, principios y los derechos, al sufragio universal, a la constitución y a la ley.
Son dos modelos enfrentados, incompatibles, desde visiones del individuo y de la sociedad contradictorias. En el primero, el centro es la autoridad indiscutible del que decide, del dictador. En el segundo, son las personas como iguales y como titulares de la soberanía.
Para el Socialismo el enemigo a vencer no es el gobierno, sino el hambre, la inseguridad, el desempleo, la marginación social, la retrógrada distribución de la renta, la institucionalidad decadente que el partido de gobierno no ha modificado. En particular en la provincia de Buenos Aires donde todos estos males adquieren las mayores dimensiones y donde el Justicialismo gobierna ininterrumpidamente desde hace más de 23 años (11/12/1987).
ES por ello que el Socialismo ha votado en temas como Aerolíneas Argentinas, AFJP, conflicto con el campo, la ley de medios y reforma política con criterio propio atendiendo los intereses de la Nación y no a la lógica amigo – enemigo. Lo mismo hará con el Fondo del Bicentenario: es necesario honrar las deudas. En particular priorizar la deuda interna pendiente y no estamos de acuerdo con el pago de la deuda externa con reservas.
Sin embargo, para algunos dirigentes de la oposición tener criterio propio es sinónimo de un oscuro pacto con el gobierno. La sombra de la lógica amigo-enemigo, la dialéctica del odio, son una realidad difícil de erradicar, de la lógica de pensamiento de gran parte de la dirigencia. Por eso a casi nadie ruboriza la utilización del insulto personal, el desprestigio, la injuria y la calumnia. A esta estrategia destructiva no es ajeno el ni el gobierno, ni muchos integrantes de la oposición. Es evidente que muchas personas no participan de esas formas, pero es también cierto que su silencio es estruendoso. Hay que mantenerse o acceder al el poder, sea como sea, sin escrúpulos, ni respeto a las reglas del juego limpio.
Es difícil, casi imposible, con esa situación actuar desde las reglas del juego. El gobierno ha atravesado esa barrera con los reiterados DNU, con leyes a la medida de sus necesidades electorales o con el uso de los recursos públicos en función de la extorsión política. Del otro lado, la oposición tiene que defender sus tesis desde el respeto al adversario, que no es enemigo sustancial. No es pedir un imposible, sólo que crean en el valor de sus ideas y que sean leales a los cauces de una nueva democracia que aún naciente merece respeto y lealtad.